viernes, diciembre 09, 2005

El robo está permitido, siempre que vaya acompañado del asesinato

Esta en principio terrible frase la decía mi profesora de literatura en 2º de BUP, refiriéndose a los plagios literarios: Es completamente permisible un plagio, siempre que la obra resultante haga olvidar completamente a la plagiada.

Esto viene a cuento del último libro que he leído de Saramago 'Las Intermitencias de la Muerte'. Un libro fascinante, y que se encuentra a la misma altura que 'El Evangelio Según Jesucristo' o 'Ensayo sobre la Ceguera'. Es cierto que la primera mitad del libro se parece bastante a otras cosas que ya ha escrito Saramago, y su lectura deja un poco frío, pensando que uno ya ha pasado por ahí anteriormente. Pero la segunda mitad... oh, la segunda mitad. Hay un momento en el que el libro cambia completamente, deja de lado todo lo anterior, y se lanza a explorar personajes individuales, describiendolos de forma meticulosa, elegante, descarnada y triste. Es en esta segunda mitad cuando agarré el libro con todas mis ganas y me costó MUCHO dejarlo para ir a tomar café con unos cuantos muy buenos amigos (la mayor parte de los cuales tienen su blog un poco a la derecha de estas líneas!). Es cierto que alguna cosa puede recordar a otras obras de escritores muy diferentes, pero para quien pueda pensar que es una copia, le diré que no me imagino a Saramago leyendo a según qué escritores, y por otra parte ... en el muy remoto caso de que fuese una copia, le aplico el título de este articulillo.

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