miércoles, enero 25, 2006

Dueños

Recientemente hemos vivido el traslado de una parte del Archivo de Salamanca a Cataluña (en el momento de escribir esto hay un recurso interpuesto que tiene paralizados los documentos en Madrid, pero no creo que esta retención dure demasiado). Entiendo perfectamente que esto provoque movimientos más o menos encendidos en los dos frentes, aunque por supuesto que no apruebo que se digan ciertas barbaridades, como 'esto es un expolio' y otras similares.
En mi opinión, este traslado está perfectamente justificado, dado que las circunstancias en las que se produjo la salida de Cataluña de los citados documentos si puede ser calificada como expolio sin ningún miedo, y por lo tanto es razonable que se devuelva todo el material a sus legítimos dueños. Además, no es aplicable el decir que se vacía de contenidos el Archivo, dado que el actual estado del arte permite reproducir esas copias con completa fidelidad, dejando toda la información en Salamanca y, por tanto, sin producir ningún tipo de perjuicio en la labor investigadora que se pudiese realizar. Desde luego, extiendo esta opinión a otras grandes lámparas de la cultura que se han nutrido de, ahora si, auténticos robos: El British Museum es el mejor ejemplo del Museo del Expolio, ya que está plagado de obras de arte robadas durante campañas militares en Oriente Medio, Grecia (pobre Melina Mercuri!), Egipto, y otras muchas.
En cambio, es notable ver como estas circunstancias provocan notables incongruencias en el comportamiento de la gente. En Aragón, sin ir más lejos, tenemos un caso obvio de un patrimonio que debería volver y que, sin embargo, es retenido con uñas y dientes por las autoridades competentes, y me refiero a las más de 100 obras de arte eclesiastico propiedad de los obispados de la Franja (la zona de Aragón fronteriza con Cataluña) que, pese a todos los dictámenes a favor de la parte aragonesa emitidos por la justicia eclesiástica, siguen en poder del Obispado de Lérida. Es muy triste ver como el Obispo de Lérida solo pone obstáculos para cumplir lo que los tribunales de la Curia le ordenan, o como el Presidente de la Diputación Provincial de Lérida (creo que ese es el cargo que el principal enemigo político de la devolución ocupa) hace auténticos malabares verbales para defender con la mano izquierda que vuelvan los documentos que estaban en Salamanca, mientras que con la derecha le parece una vergüenza que se solicite la devolución a La Franja de esas obras de arte eclesiástico. Un precioso ejemplo de doble moral. En defensa de la clase política he de decir que al mismo tiempo, Piqué, desde Cataluña, ha dicho que le parece difícilmente defendible el pedir a Salamanca y negar a Aragón, por lo que, aunque no sea en absoluto de mi cuerda, he de felicitarle por saber mantener la coherencia, sobre todo cuando lo que ha dicho no era del agrado donde se le escucha.