jueves, diciembre 29, 2005

Prohibido fumar

Dentro de un par de días entrará en vigor la nueva ley contra el tabaco, y estoy viendo que en muchos medios de comunicación se la está criticando con dureza, diciendo que coarta la libertad de la gente, y que es demasiado dura. También se dice que el Estado se arroga capacidades que no debería tener, y que con esto se da un paso más en el profundo mar del fascismo (se usan las palabras con una ligereza pasmosa). Pues ... no, no, y rotúndamente no. Para empezar, el Estado lleva mucho tiempo poniendo limitaciones a nuestras 'libertades', y son completamente aceptadas sin mayor problema. A nadie le parece una aberración que la velocidad máxima en una autopista sea de 120 km/h, aunque esta evidentemente tiránica ley me impida ir a 200 km/h por ahí. Claro, la diferencia es que con el coche puedo dañarme a mi mismo, o peor aún, puedo dañar a otros. ¿Y?. El tabaco hace exáctamente lo mismo, quizá con mayor lentitud, pero con mayor certeza. Y ver a alguien corriendo por la autopista demasiado no hace que la ropa me apeste... o al menos, no tanto. Algún día me iré con un botecito de la colonia más rancia que encuentre, y me dedicaré a echarlo por encima a la gente que esté comiendo al lado. Total, soy libre de perfumar el ambiente como a mi más me guste, y espero que nadie censure mis libertades.
He llegado incluso a leer que, por el bien de la libertad de mercado y de la economía, el tabaco debería ser más permitido. ¿Acaso se olvida que las enfermedades directamente relacionadas con el consumo de tabaco matan a una enorme cantidad de gente al año? ¿Con el consiguiente dineral que esto cuesta a la seguridad social, por no comentar las horas de ausencia laboral?(desde luego, para los adoradores del mercado el dolor por la muerte de alguien no importa).
Hay que saber también que en otros países europeos se han puesto leyes más estrictas que la española, y no ha pasado nada. Por ejemplo, en Italia, directamente está prohibido fumar en los bares y restaurantes. Ni metros cuadrados, ni zonas aisladas, ni nada: El que quiere fumar se sale fuera. ¡Y es en Italia, más latinos que nadie!. Y ... no ha pasado nada. La adaptación costó un poco, desde luego, pero ahora es algo que se asume y a nadie se le ocurre fumar en un bar.
Por mi parte, admito que voy a ser drástico y tajante en esto: No voy a tolerar que alguien me fume al lado en un sitio donde no pueda. Si tengo que denunciar, denunciaré, y si tengo que discutir a gritos con alguien, garantizo que puedo gritar más que la mayoría. Ya estoy cansado de respirar porquerías.

jueves, diciembre 22, 2005

El Padre Castro

No guardo muchos recuerdos buenos de mi paso por lo que entonces era la EGB. Sin embargo, uno de los mejores que tengo es el del Padre Castro, el que fue mi profesor de lengua española desde 5º hasta 8º. Era un cura extraño, que usaba una temible bolsita con números para hacernos preguntas, y hacernos avanzar puestos en la clase, sentándonos más adelante, conforme acertábamos o fallábamos. Su método de enseñarnos lengua era el propuesto por Borges en uno de sus cuentos, empezar por la poesía, y a partir de ahí entender todo lo demás. Gracias a él leí mucho, sobre todo teniendo en cuenta que yo era un criete en aquella época, y aprendí la lengua de verdad, y no otras tonterías. Hace un par de años me lo encontré, bastante envejecido, haciendo cola para comprar entradas en un concierto, y tuve el placer de saludarle y agradecerle lo que aprendí con él. Me recomendó que siguiese leyendo poesía, por que es ahí donde se encuentra el verdadero corazón de la lengua.
Lamento decir que no le hice mucho caso. No tenía ni tiempo, ni, sinceramente, demasiadas ganas. Hasta que hace unos cuantos meses conocí a una amiga a la que gustaba escribir poesía, y me dio a leer algunos de los textos que había escrito. La verdad es que me han gustado mucho, y desde entonces procuro visitar su blog con alguna regularidad, y disfrutar de su trabajo. Es una chica sorprendente, en absoluto convencional, y con quien se puede hablar de cualquier cosa pasando un rato fenomenal. Muchas gracias, Rebe, o Alejandra, o Hécate, por tus poemas, por tu confianza, y sobre todo, por tu amistad. No os perdais su blog, os encontrareis sorpresa tras sorpresa.

jueves, diciembre 15, 2005

Televisión

No veo mucho la televisión. Alguna serie muy ocasionalmente, y poco más, soy infinítamente más amigo de la radio. También la veo, por lo general, demasiado ligera en contenidos, y con una programación mala, mala, mala, abundando en programas basura en los que suelen dedicarse a hablar de gente que sólo me interesa por el rechazo que me produce.
Sin embargo, hay excepciones para esto, y si hay cosas de la televisión que me gustan: Algunos dibujos animados (South Park y Los Simpson), y alguna serie. Y entre estas, quiero destacar muy, muy, muy especialmente a 'Cuéntame', una serie que sería un orgullo para cualquier cadena en que se emitiese. Tremendamente fiel en el detalle, con unos actores muy creíbles, me encanta la forma de contar unos años en los que comencé a vivir a través de la vida de una familia bastante normal. Recomiendo mucho esta serie para todos, incluso para aquellos que han perdido ya toda la esperanza en la televisión.

viernes, diciembre 09, 2005

El robo está permitido, siempre que vaya acompañado del asesinato

Esta en principio terrible frase la decía mi profesora de literatura en 2º de BUP, refiriéndose a los plagios literarios: Es completamente permisible un plagio, siempre que la obra resultante haga olvidar completamente a la plagiada.

Esto viene a cuento del último libro que he leído de Saramago 'Las Intermitencias de la Muerte'. Un libro fascinante, y que se encuentra a la misma altura que 'El Evangelio Según Jesucristo' o 'Ensayo sobre la Ceguera'. Es cierto que la primera mitad del libro se parece bastante a otras cosas que ya ha escrito Saramago, y su lectura deja un poco frío, pensando que uno ya ha pasado por ahí anteriormente. Pero la segunda mitad... oh, la segunda mitad. Hay un momento en el que el libro cambia completamente, deja de lado todo lo anterior, y se lanza a explorar personajes individuales, describiendolos de forma meticulosa, elegante, descarnada y triste. Es en esta segunda mitad cuando agarré el libro con todas mis ganas y me costó MUCHO dejarlo para ir a tomar café con unos cuantos muy buenos amigos (la mayor parte de los cuales tienen su blog un poco a la derecha de estas líneas!). Es cierto que alguna cosa puede recordar a otras obras de escritores muy diferentes, pero para quien pueda pensar que es una copia, le diré que no me imagino a Saramago leyendo a según qué escritores, y por otra parte ... en el muy remoto caso de que fuese una copia, le aplico el título de este articulillo.