miércoles, noviembre 01, 2006

Halloween

Ayer, 31 de octubre, estaba en mi casa alrededor de las ... 10 de la noche, más o menos. Llamaron a la puerta, con bastante insistencia. Un timbrazo, dos timbrazos, y enseguida pasaron a dar golpes en la puerta. Bajé rápido a ver lo que pasaba, por que con esa bulla o había un incendio o tenía que pasar algo gordo. Pero no, afortunadamente no. Eran un niño y una niña, él de unos 7 años, y ella de 10. El pequeñajo iba rebozado de arriba a abajo de algo que a primera vista parecía papel higiénico, pero que mirandolo con un poco más de detalle era una especie de em ... de funda de cuerpo entero de color blanco, más o menos. Ella llevaba un gorro de pico, una pelota morada, un montón de trapos de color oscuro y una tonelada de pringue en la cara. Lo primero que hicieron fue farfullar algo que luego me di cuenta de que era 'TRUCO O TRATO!!!!' , a lo cual, si lo hubiese entendido a la primera, no hubiese sabido qué responder. ¿Si les digo truco tengo que hacerles magia? ¿Puedo proponer el trato 'tú te vas y yo no te estampo contra la pared?'. De cualquier forma, no hubo oportunidad de preguntar nada de esto, por que los minisátiros se conocían las casas, y fueron a toda velocidad a la cocina, sin que yo les invitase a entrar, claro. Abrieron los armarios, conmigo poniendo cara de gilipollas intentando pararles de forma que no me pudiesen acusar de violencia infantil, y buscaron caramelos por todas partes. Al ver que no había ninguno de fácil acceso, empezaron a pedirlos a gritos (nada de 'por favor, podría darnos unos caramelos?'), y hubo que buscar a toda prisa algo para callarles la boca. Se conformaron con un paquete de galletas de chocolate, y se fueron como habían venido, entre gritos y, desde luego, sin un 'gracias'.
No me gusta nada importar fiestas tan tontas como el Halloween, que nunca ha sido tradicional de aquí. El día de todos los santos no es una fiesta para dar brincos y gritos, ni molestar a gente a la que no se conoce de nada. Pero ya que alguien ha soltado a su jauría de niños para que le dejen tranquilo en su casa, mientras fastidian en la de los demás, lo mínimo que se puede pretender es que tengan un mínimo de educación, que no te entren, literalmente, hasta la cocina, que no abran todos los armarios, y que digan 'muchas gracias' si se les da algo.
Si el año que viene vuelven voy a preparar algún susto! Alguien puede prestarme una sierra mecánica?

3 comentarios:

Azelaïs de Poitiers dijo...

Eso te pasa por abrir la puerta, para eso se han inventado las mirillas, jaaja. Yo personalmente no abro a nadie que no alcance el metro cincuenta, por lo menos. No me relaciono con niños menores de 18 años porque me pongo violenta con ellos, jajajja.

Mmmm en cualquier caso en lugar de la sierra ¿por qué no haces caramelos mezclados con laxante? seguro que con la que montan en casa su madre no les deja volver a salir, jejjeje.

Anónimo dijo...

Ains...La idea de los caramelos con laxante es tan tentadora, que yo hasta dejaria una cestita con ellos en la puerta...Juaz juaz.

Miqueli!!

Anónimo dijo...

Jijiji...