sábado, noviembre 05, 2005

Fuera luces, y acción!

Llevo varios días esperando a acabar un libro para poner aquí mis comentarios sobre él, pero ... esta noche ha pasado un detallito que me ha hecho cambiar de idea ! A eso de las diez de la noche... se ha ido la luz en toda la calle. Todos a oscuras. Lo primero ha sido buscar una vela, a la luz de mi teléfono móvil (mi querida linterna ha agotado sus pilas tras unos 4 años incansables), y tras encontrarla, la he puesto sobre un platito, a modo de palmatoria improvisada, y éste sobre el cofre que está en el centro del salón, y ... tranquilidad. Lo que podría parecer que iba a ser una espera hasta que la luz nos devolviese la tele o el ordenador, se ha convertido en lo que siempre ha sido una noche ante el fuego, aunque fuese tan humilde como el de una velita que estaba préviamente destinada a ponerse en un quemador de aceites : Contar historias que nos contaron cuando éramos pequeños, las que nos contaron nuestros padres y abuelos. Como si todas las noches pasase esto, de forma casi obvia he hablado de cuando mi abuelo (Felipe, un beso inmenso, estés donde estés) me contaba cuando pusiéron la luz eléctrica en su pueblo, una luz débil e indecisa, que casi era mejor no tener, dado lo veleidoso de su caracter. También de la inmensa radio (ocupaba un cuarto entero) que instalaron en el pueblo por primera vez, para oir un concierto de Miguel Fleta, con el resultado de una maravillosa noche de pitidos de estática ... Lo malo ha sido que ha vuelto la luz, por que si no hubiese empezado a contar la historia del puma y el indio Necruma!

En cuanto nos juntamos al lado de un fuego, empezamos a contar las viejas historias que conocemos. Parece más un instinto que una tradición! Endesa, por favor, danos más cortes de estos, que se agradecen.

Por lo demás, esta mañana visita al hospital. Tras una corta espera, tres radiografías y dos visitas con una médico encantadora, tengo oficialmente una contractura maja debido al accidente del otro día. Se pasará pronto, así que dentro de lo que cabe, ha habido suerte! Podría haber sido mucho peor. Y quien se meta con la Seguridad Social tendrá que vérselas conmigo! Las formas son civilización, pero la Seguridad Social, más.

3 comentarios:

Eleder dijo...

Je, je... :)

Supongo que la risa, como otras cosas, va por barrios. Yo no tengo razón para quejarme de la Seguridad Social, ni en Bilbao (Osakidetza) ni cuando me ha hecho falta en Madrid. Pero he oído tantas historias de gente que sí parecía tener buenas razones para quejarse... que supongo que dependerá, en buena medida, de la suerte que tengas. Pero sí, concuerdo que en general la cosa no está tan mal como pudo estar en otras épocas :)

Último Íbero dijo...

Hmmmm, volver alrededor del fuego (o la velita), desde luego tiene un poder evocador considerable.

Cuidate esa espalda, que tenemos que volver a practicar lucha greco-rromana en el salón.

Hic Sunt Dracones dijo...

vale, pero solo si usas esas mallas tan ajustadas que solo dejan a la imaginación tiempo para que se aburra!